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Imagen subida por: serenidad_blanca
Casi en la final. O por ol menos eso parece. El Barcelona se impuso con facilidad (2-0) en su propio feudo a una Real Sociedad que salió con demasiado temor al Camp Nou.
Los pupilos de Jagoba Arrasate plantearon un encuentro demasiado conservador, hasta el punto de comenzar defendiendo con un muro de 11 futbolistas. Por supuesto, el conjunto azulgrana no desaprovechó la ocasión y consiguió embotellar a la Real Sociedad durante todo el partido.
El envite empezó como se esperaba. El Barcelona impuso su juego rápidamente, mientras los de Arrasate intentaban frenar el vendaval que se les venía encima. A pesar de que las ocasiones llegaban, el equipo de Martino no hallaba el premio del gol.
Cuando ya agonizaba el primer capítulo de esta historia, ocurrió una acción que pudo influir en el devenir del encuentro: el colegiado no vio un penalty claro de Mascherano sobre Vela que debió haber derivado en la expulsión del zaguero argentino. Poco después, Sergio Busquets hacía el 1-0 rematando en el segundo palo un centro-chut de Pedro.
El castigo ya era severo de por sí para los 'txuri-urdin', pero aún lo fue más cuando Íñigo Martínez fue expulsado por doble amarilla, supuestamente, por insultar al árbitro.
A partir de aquí, el conjunto vasco se convirtió en una marioneta en manos de un títere teñido de azulgrana.
No hubo historia en el segundo período y el Barcelona se echó al ataque para asestar el golpe definitivo a la eliminatoria.
Los del 'Tata' se toparon una y otra vez con Zubikarai, que completó una actuación de mérito. Sin embargo, el que había sido héroe hasta el momento, se convirtió en villano en cuestión de segundos: Alexis encara al meta, dispara al poste y el cuero le cae a Elustondo. Éste intenta despejar en diagonal con fuerza, pero la mala suerte hace su acto de presencia cuando el balón impacta en el pecho de Zubikarai y entra en la portería. Desafortunado es poco.
De aquí al final, un acoso y derribo de un Barcelona que no brillaba, pero que era capaz de llegar con facilidad a la meta de un Zubikarai abatido. No obstante, lejos de desmoralizarse, el portero vasco salvó a su equipo en varios momentos y consiguió que el marcador permaneciese inamovible.
Todo se decidirá en Anoeta el próximo miércoles, 12 de febrero (22:00h.). La cosa pinta mal para Vela, Griezmann y compañía, pero una cosa es segura: la esperanza es lo último que se pierde.