El privilegio de ver a Messi y Cristiano

En una conversación nocturna sobre fútbol una colega me decía; - Somos unos privilegiados- y marcó el ritmo de esta opinión: se refería a Messi y Cristiano, la historia que se está escribiendo y de la que hablarán futuras generaciones.


Para gustos, los colores
Cristiano Ronaldo ha tenido la desaventurada suerte de ser contemporáneo de Messi, de no poder disfrutar de ser el mejor del mundo y tener que estar siempre en competencia con el argentino, de ahí en más, es un jugador perfecto, sabe anotar de cabeza, de media distancia, de tiro libre, es veloz, fuerte y un maestro de la gambeta, sus números son monstruosos y tiene en el punto de mira ser un histórico del Real Madrid, a un gol de los cien en liga es poco lo que se le puede reprochar.

El crack mediático, el que todos quieren en sus anuncios, es también un jugador que desearía cualquier club en el mundo, un virtuoso con el balón que está ya entre los goleadores históricos de los merengues con solo tres temporadas, su hambre por ser el mejor no se detiene.

En la otra acera está Messi, el que ya se ganó una estatua en el Camp Nou, el goleador histórico del Barcelona, el de los 234 tantos, el mito, la leyenda, el que firmó su primer contrato en una servilleta y que hoy permanecerá imborrable en el libro del Barca.

Puede gambetear a uno, dos, tres y hasta cinco jugadores si así lo desea, pero eso no le quita que sea un gran jugador de equipo, marca, recupera y asiste, una característica que lo hace único por encima de otros genios del balón que han existido, ahora se dedica a batir sus propios números.
Ninguna deuda pendiente
Muchos les reprochan que no puedan hacer campeón mundial a Portugal y Argentina, pero el fútbol es de once y se necesita mucho más que un estratosférico jugador para eso.

La ausencia de este título colectivo no les puede quitar el brillo individual, están jugando como dioses en campos terrenales y nosotros somos privilegiados de poder compartir época con ellos.

Platini, Cruyff, Eusebio y Di Stéfano no ganaron un mundial y eso no les quita su grandeza, dejemos a Messi y Cristiano en paz y admiremos la historia que se está escribiendo para así poder hablarles con propiedad a nuestros nietos.

Cuántos de nuestros antepasados no hubieran pagado lo que fuera por ver enfrentándose a Pelé y Maradona en un mismo terreno de juego, luchando por un título de goleo y la gloria para su equipo, el sueño de ellos es realidad para nosotros, claro, está con otros nombres y en otros tiempos.