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Dos caminos, mismo destino

La Copa Libertadores 2011 ya tiene a sus dos finalistas, que llegaron por caminos similares en cuanto al desarrollo de sus series, pero muy distintos en cuanto a la tranquilidad que tuvieron para dejar a sus adversarios en el camino.

Hace 12 años por frank97
Santos vs Peñarol La final

Santos y Peñarol, ambos con pasado copero, disputarán la final de la Libertadores

Santos y Peñarol habían ganado los partidos de ida, ambos jugando como locales y por 1-0. En los encuentros de vuelta, ambos se pusieron en ventaja como visitantes, lo cual los ponía en inmejorable situación para clasificar. Pero ahí terminan las similitudes.

Mientras que Santos estuvo siempre en control ante Cerro Porteño, pese al 3-3 final, a Peñarol en cambio el panorama se le puso más complicado ante Vélez Sarsfield, y su clasificación terminó dependiendo de un instante fortuito o fatídico, según desde dónde se lo mire.

SANTOS, SIN SOBRESALTOS
Decía que Santos tuvo la serie siempre bajo control, y en eso fue clave que condicionara a Cerro Porteño anotándole no sólo uno, sino dos goles en su campo, el segundo tras un resbalón del arquero local.

Así, el marcador global de 3-0 obligaba a los paraguayos a anotar cuatro goles en una hora, una misión prácticamente imposible. Astrada lo intentó haciendo cambios ofensivos, pero su equipo, ordenado y aguerrido, no tiene el poder de fuego necesario para tamaña hazaña. Además, enfrente se encontró con un Santos quizás carente de figuras, pero muy prolijo en lo táctico.

Además, el Santos no se metió atrás, planteó siempre el partido de igual a igual y mostró en todo momento que podía responder gol por gol, llegado el caso. Si además tiene a uno de los mejores jugadores del continente en la actualidad, como lo es Neymar, quedaba claro que la diferencia era demasiada grande.

En todo caso, el haber conseguido un resultado decoroso habla muy bien de la entrega de Cerro Porteño, que no se rindió jamás.

Para el Santos queda en el haber otra actuación sin demasiado brillo pero con mucha solidez. Se abre solamente una duda para la final, que es cómo suplirá la ausencia de su marcador central y capitán Edu Dracena, expulsado sobre el cierre del juego en Asunción.

PEÑAROL, CON LO JUSTO
En Liniers, Peñarol también pegó primero, aunque en su caso tenía enfrente a un rival con más capacidad ofensiva como para dar vuelta el marcador.

De hecho, Peñarol estuvo a punto de abrir el marcador al minuto de juego, pero una gran tapada de Barovero ante Martinuccio lo evitó.

El mismo Martinuccio fue, igualmente, una pesadilla para la defensa de Vélez durante toda la noche. Con su velocidad los complicó una y otra vez y fue el artífice del gol de Matías Mier tras una gran jugada individual y una asistencia perfecta.

Pero Vélez siguió buscando con los mismos argumentos, esos que lo llevaron hasta las semifinales y lo tienen como líder en su liga. Martínez creció y creció hasta convertirse en figura, pero lamentablemente le anularon por offside un gol que fue lícito.

Igualmente, Vélez se llevó un merecido empate al descuento en otra jugada dudosa, y quedaba todo abierto para el complemento.

No cambió el partido en el segundo tiempo, aunque la verdad es que a Vélez, por más que tuviera el balón, le costaba crear chances claras. Y Peñarol, con menos tiempo de pelota en su poder, amenazaba con liquidar todo de contra.

Sin embargo, Vélez seguía soñando: Martínez hizo otra gran jugada para habilitar a Silva, quien puso el 2-1, y una vez más Martínez se encargó de generar una chance inmejorable al provocar un penal (otro fallo difícil) cuando su equipo ya jugaba con 10 por expulsión de Ortíz.

Y ese fue el momento decisivo de la noche, el que en definitiva inclinó la balanza en una serie parejísima: Silva resbaló al momento de ejecutar y la pelota se fue bien por encima del travesaño.

Solamente quedaba un cuarto de hora, pero el golpe anímico fue demasiado. Y como decía arriba, el fútbol tiene esas cosas, y en un duelo tan cerrado, terminan siendo esos instantes de suerte o falta de ella los que deciden un ganador. Pero vaya para Peñarol todo el merecimiento de haber sacado adelante dos partidos muy difíciles, ante un rival muy ordenado y con gran caudal futbolístico.

Ahora los de Gareca deberán enfocarse en su partido con Godoy Cruz, mirando de reojo a un Lanús que también parece dispuesto a disputar el título del fútbol argentino.

UNA FINAL MUY PAREJA
Será una final cerrada en la que no veo, a priori, un favorito. Peñarol buscará imponer su presencia física y su disciplina ante un típico conjunto brasileño, que a la creatividad en el mediocampo le agrega orden táctico.

En un par de semanas, tras el primer capítulo, podremos decir si ese equilibrio cambió o si habrá que esperar a los últimos 90 minutos para ver para qué lado se inclina la balanza esta vez.

Felicidades.

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